A través de los comicios del 14 de mayo de 1989, asumió
la Presidencia de la Nación Carlos Menem. La Universidad Pública volvió a
sufrir un retroceso. Se crearon numerosas universidades privadas, a las que
tuvieron acceso algunos sectores de la sociedad en función de su poder
económico. Estas casas de estudio son subsidiadas por el Estado.
El menemismo dispuso un juego de pinzas. Por un lado, recortó del
presupuesto cien millones de pesos. Por el otro, creó un fondo de subsidios
para fines específicos que administraba la recientemente creada Secretaría de
Políticas Universitarias. Fue un mecanismo ideado para que las universidades
acepten las iniciativas del gobierno: once casas de estudios asintieron las
políticas de evaluación que impulsaba el Ministerio de Evaluación a cambio de
dinero fresco.
La política
neoliberal menemista precipitó la crisis de la universidad pública, y como
contrapartida auspició un auge de las universidades privadas. Ante un panorama
de competencia.
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